Según Policía Municipal, en la madrugada del 11 de marzo de 2018 un vecino llamó al 092 para denunciar una posible agresión por parte de un hombre a su pareja. Los agentes se personaron en el domicilio y comprobaron que la puerta estaba abierta. Allí les recibió la madre de la víctima, quien les pidió que accedieran al inmueble para contarles lo que había pasado.
La casa, asegura la Policía Municipal, presentaba "síntomas de que se había producido un episodio violento". En el salón se encontraba la víctima con su hijo lactante en brazos, "bastante nerviosa y agitada" por la agresión. Para intentar calmarla, una de las agentes habló con ella y la separó de su pareja porque mostraba una actitud "violenta". "Incluso llegó a insultar a su pareja delante de todos los presentes", señalaron los funcionarios a EP.
En enero finalizó su orden de alejamiento
La mujer informó a los policías de que estaba siendo agredida de forma habitual, y que su pareja tenía una orden de alejamiento que finalizó en enero de 2018. Tras esto, pasó a detallar la agresión que se había producido esa misma noche, con golpes y puñetazos de su pareja mientras ella tenía a su hijo en brazos.
Además, añadió que también eran agredidas con asiduidad su suegra y los hijos de la pareja. En concreto, una menor de 2 años, que cuando llora "es zarandeada con violencia, empleando su padre un lenguaje violento y ofensivo".
El presunto agresor, en el momento en el que se le informó del motivo de su detención y de los derechos que le asistían, comenzó a ponerse violento con los agentes, e incluso les agredió propinándoles cabezazos, patadas y puñetazos.
Un indicativo del Samur asistió a los funcionarios agredidos, causando baja tres de ellos. La víctima fue traslada a un Centro de Asistencia Sanitaria para su valoración.
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