La Fiscalía Superior de la Comunidad de Madrid advierte en un informe de la proliferación en los últimos años de narcopisos y tráfico de heroína en los distritos de Latina, Carabanchel y Tetuán, junto con la problemática ya existente en Puente de Vallecas y Lavapiés.
En Latina, hace tres años que la Asociación La Fuerza, del barrio de Los Cármenes, ya alertó en varios plenos de la Junta Municipal del Distrito de Latina del incremento de pisos ocupados donde se vende y consume droga. Una situación que provoca inseguridad y problemas de convivencia en la zona.
La Fiscalía Superior de la Comunidad de Madrid destaca que se trata de "una problemática difícil de investigar, ya que los narcotraficantes conocen bien la zona en la que operan, están muy coordinados entre ellos, detectan con facilidad a las fuerzas policiales y la sustancia estupefaciente se suele consumir en los “fumaderos” dentro de los pisos, por lo que es muy difícil intervenir la misma a los individuos que salen de los inmuebles, lo que resulta imprescindible para que la autoridad judicial autorice la entrada y registro".
En su memoria anual de 2019, sobre los narcopisos, los fiscales madrileños señalan que "para poder acusar de pertenencia a grupo criminal se requiere que, con las vigilancias, se conecten unos inmuebles con otros, así como a los narcotraficantes que los regentan".
Por tanto, para poder desarticular a un grupo organizado, dedicado a ocupar pisos y vender droga, la investigación policial puede durar meses. Mientras, "los narcopisos se están extendiendo por todo Madrid, afectan ya no solo a Puente de Vallecas y Lavapiés, sino también a Latina, Embajadores, Tetuán, Malasaña, Carabanchel, entre otros, y ha comenzado a incrementarse alarmantemente, el consumo de heroína".
En Latina, hace tres años que la Asociación La Fuerza, del barrio de Los Cármenes, ya alertó en varios plenos de la Junta Municipal del Distrito de Latina del incremento de pisos ocupados donde se vende y consume droga. Una situación que provoca inseguridad y problemas de convivencia en la zona.
La Fiscalía Superior de la Comunidad de Madrid destaca que se trata de "una problemática difícil de investigar, ya que los narcotraficantes conocen bien la zona en la que operan, están muy coordinados entre ellos, detectan con facilidad a las fuerzas policiales y la sustancia estupefaciente se suele consumir en los “fumaderos” dentro de los pisos, por lo que es muy difícil intervenir la misma a los individuos que salen de los inmuebles, lo que resulta imprescindible para que la autoridad judicial autorice la entrada y registro".
En su memoria anual de 2019, sobre los narcopisos, los fiscales madrileños señalan que "para poder acusar de pertenencia a grupo criminal se requiere que, con las vigilancias, se conecten unos inmuebles con otros, así como a los narcotraficantes que los regentan".
Por tanto, para poder desarticular a un grupo organizado, dedicado a ocupar pisos y vender droga, la investigación policial puede durar meses. Mientras, "los narcopisos se están extendiendo por todo Madrid, afectan ya no solo a Puente de Vallecas y Lavapiés, sino también a Latina, Embajadores, Tetuán, Malasaña, Carabanchel, entre otros, y ha comenzado a incrementarse alarmantemente, el consumo de heroína".